De ...Y llovió en Los Arbejales (1968).

Fragmento del primer acto
La escena representa el patio canario de una vivienda rural modesta. Al fondo, un
bernegal; a los lados, plantas y flores. En el lateral derecho, una puerta que comunica
con las habitaciones interiores; en el izquierdo y en primer término, la puerta de la
cocina. Al fondo, en el rincón derecho, bajo un sobradillo, una mesa de zapatero con
todas sus herramientas. Por el suelo, numerosos zapatos y el imprescindible rollo de
suela. Es la tarde. Los personajes son todos conocidos unos de otros, como sucede en
cualquier barrio pequeño.
Al levantarse el telón aparece maestro Rafael, sentado, clavando unas punteras. A poco
entra Pancha.


De La ventana (1963, edit. 1972).

Fragmento del primer tiempo
Al alzarse el telón, tras unos compases de música martilleante, obsesiva, la oscuridad
va cediendo y aparece una extraña habitación gris, plomiza, sin puertas, como si dejase
ver un retazo de trasmundo. Todo por ser mínimo parece incendiario, duro. De entre el
hiriente gris solo destaca al fondo una ventana cerrada como una cometa de madera.
Tras la fría oscuridad y la música obsesiva, una voz dejará escuchar desde el techo de
la sala las palabras de Lucas el apóstol, citadas ya por Diego Fabri en “Inquisición”.


De El barbero de Temisas (1962)

Fragmento del primer acto
(La escena representa la clásica barbería de pueblo. Al fondo estará la inevitable
mesilla con espejo grande y sillón frente. En un lateral, que bien puede ser la derecha,
se verá un espejo más sencillo que se supone el lugar de trabajo de Domingo, el hijo de
nuestro barbero titular. Convenientemente repartidos deberán verse algunos carteles
entre los que no debe faltar el “Hoy no se fía, mañana sí”. Al levantarse el telón
aparece ya Maestro Rafael rasurándole el pelo Chanito, que es un campesino en la
edad indefinida de los que ya pasan de los treinta. Antes de comenzar el diálogo se oirá
un fondo de música canaria porque hace bien y no perjudica a nadie. Sentados en los
bancos habrá dos hojeando el periódico que desaparecerán antes que termine de
arreglarse Chanito).