Fragmento del primer acto
La escena representa el patio canario de una vivienda rural modesta. Al fondo, un
bernegal; a los lados, plantas y flores. En el lateral derecho, una puerta que comunica
con las habitaciones interiores; en el izquierdo y en primer término, la puerta de la
cocina. Al fondo, en el rincón derecho, bajo un sobradillo, una mesa de zapatero con
todas sus herramientas. Por el suelo, numerosos zapatos y el imprescindible rollo de
suela. Es la tarde. Los personajes son todos conocidos unos de otros, como sucede en
cualquier barrio pequeño.
Al levantarse el telón aparece maestro Rafael, sentado, clavando unas punteras. A poco
entra Pancha.
ESCENA PRIMERA
- PANCHITA.- (Entrando; señala unos zapatos que trae en la mano). Pero, ¿usté cree
que estos son unos tacones puestos no hay un mes? - RAFAEL.- ¡Oh, mira ver si son dos veroles!
- PANCHITA.- ¡Déjese de bromas, porque yo estoy reñegaa!
- RAFAEL.- Sin calenturas, ¡eh!, que te pones vieja.
- PANCHITA.- Vieja, no; se conoce que al moo le puso suela baifa, porque estas
gualdrapas no pueen ser de vaca. - RAFAEL.- De vaquita, mi jija; y una vaca tan carpetúa como ella sola.
- PANCHITA.- Yo lo que sé es que los tacones de mi sobrina Maruca no le han durao
naíta. - RAFAEL.- ¡Sería de la suela de la parte atrás!
- PANCHITA.- Usaa tenía que estar, porque dice la chiquita que ayer, cuando iba con el
novio, estaba avergonzaa, porque el tacón izquierdo lo llevaba tan gastao que tenía que
dir tumbaa sobre el novio, a pique de matarse, la infeliz. - RAFAEL.- ¡Jesús, mujer, que se hubiá agarrao!
- PANCHITA.- Lo que faltaba, pa que le hubián sacao el cuero criticándola.
- RAFAEL.- Si se agarra echando un ojo con disimulo, no se hubiera dao cuenta la gente.
- PANCHITA.- ¡Que se cree usté eso!; la gente con tal de darle a la lengua no pierde
baza. - RAFAEL.- ¡Y con lo sabroso que es agarrarse como pa echar una lucha! Yo en mis
tiempos me hacía el loco con Frasca, siempre que podía. - PANCHITA.- Su historia tiene también… ¡Si las jigueras de Los Arbejales hablaran!…
- RAFAEL.- Se pasaban los jigos de golpe.
- PANCHITA.- ¡Mia si lo sabe!