El autor en el panorama artístico de Gran Canaria
Orlando Hernández Martín se interesó por cualquier manifestación artística desde la adolescencia, no solo por el teatro y la literatura; así se atestigua su presencia en el elenco de actores del que formaba parte en las representaciones que se desarrollaban en el Colegio Salesianos de Las Palmas durante su formación académica y en su activa participación en todas aquellas actividades culturales, especialmente en los ámbitos de la creación literaria, la pictórica y la música, que se organizaban por Gran Canaria. De ese interés por la creación artística y de su relación con los creadores canarios no solo se constituye su colección privada de arte, sino que formará parte de su propio desarrollo como dramaturgo, poeta, novelista y periodista.
Como periodista mostró al público canario las obras de poetas, pintores, músicos y escultores consagrados y de otros que iniciaban una aventura ardua y compleja para consolidarse en el panorama artístico insular, más complejo aun en el nacional e internacional. Bien lo conocía él mismo ante la dificultad de representar y publicar sus propias obras de teatro: apenas había salas teatrales en las islas, ningún apoyo económico desde la Administración, ni programación ni infraestructura que ayudara a la puesta en escena de los dramaturgos canarios.
La figura de Orlando Hernández como creador y dinamizador del ambiente artístico de Canarias y especialmente de Gran Canaria es larga y profunda. Por ello, vamos a trazar algunas de las actividades que junto con otros artistas e intelectuales organizó o colaboró.
Ya en mayo de 1956, con apenas 20 años, participa con la lectura de algunos poemas en el festival pictórico-musical en el Casino Juventud Unida, de Teror, en colaboración con la Agrupación Artística y Cultural de Educación Ateneo. La exposición pictórica contuvo obras de Julio Viera, Gonzalo Bautista Velarde y del caricaturista Miguel Martínez; en cuanto a la velada musical intervinieron la soprano lírica Carmita Hernández, el barítono Tomás Sánchez y el tenor Antonio Soto. De este festival nació una relación afectuosa entre Julio Viera y Orlando Hernández. Tanto uno como el otro siguieron con interés su andadura artística, pues el agüimense escribió alguna nota de prensa y varias críticas periodísticas a Viera, como este le dirigió alguna que otra dedicatoria con motivo de la publicación de las obras literarias de aquel, es el caso de su dedicatoria en la contracubierta de …Y llovió en Los Arbejales.
La influencia de la pintura y la música en su vida y en su creación literaria se descubre no solo por sus colaboraciones con otros creadores, sino también en la prensa escrita. Hernández unió en su personalidad el talento creativo con la observación minuciosa del periodista de calle. Nuestro autor no solo se fijó en los artistas consagrados, también mantuvo durante toda su vida una mirada entrañable para el anónimo artista que desde su humildad siente la inquietud de la creación artística, de aquí surge la entrevista en el Diario de Las Palmas, el 8 de marzo de 1957, a «Juan Ramírez, el pintor de la gasolina», un trabajador de la Shell, en la calle Bravo Murillo, que despacha gasolina y pinta.
Como precursor de los incipientes pintores, recoge en sus páginas las primeras muestras de sus obras, así el 2 de febrero 1965 en el Diario de Las Palmas aparece un reportaje de Orlando Hernández sobre la pintora Yolanda Graziani con motivo de la exposición que se celebrará en los próximos días en Tenerife y seguidamente en Madrid. Hernández nos informa de que la artista ya expuso en 1963 en la Bienal del Gabinete Literario, donde fue galardonada, y en la muestra que también realizó ese mismo año en el Gabinete Literario; además se adentra en el estudio del color, en el dominio de la perspectiva en las sombras y en la temática expuesta por la artista.
El 26 de junio de 1967, en el Diario de Las Palmas apareció una crítica sobre la muestra de pintura del joven Manuel Ruiz que se celebraba en la Galerías Wiot. De nuevo, el periodista utiliza la prensa escrita para abrir las puertas a los noveles artistas canarios que sueñan con consolidarse en el panorama artístico del Archipiélago. Siempre aparecía su mano para apoyarlos.
En ese mismo año y con motivo de la celebración de la clausura de la exposición de pintura de José Gopar en Agaete, Orlando Hernández participó con una charla sobre la creación pictórica y la pintura de Gopar. En este acto se hallaban, además del propio pintor, el crítico José Antonio García Álamo, el escultor José de Armas y el poeta Chano Sosa. De esta fructífera relación, el artista creó la portada para la edición de Prometeo y los hippies, que vio la luz en 1971; unos años más tarde Gopar diseñó el vestuario para la representación del drama histórico El hechizado, que versa sobre el rey Carlos II.
Finalizando 1967, Hernández entrevistó a Antonio Padrón, el artista reflexiona sobre su pintura y algunas corrientes artísticas. El propio Orlando Hernández nos explica, como antesala a la entrevista, cómo conoció al pintor al que admiraba. Por eso, le encargó el dibujo para la portada de la edición de …Y llovió en Los Arbejales. Un año más tarde escribió en la prensa con motivo del fallecimiento del pintor: «A Antonio Padrón le admiré desde que tuve la suerte de ver la primera muestra de su quehacer pictórico».
A partir de 1970 fragua la relación entre Juan José Falcón Sanabria (músico, compositor, profesor del Conservatorio de Música de Las Palmas, fundador y director de la Coral Polifónica de la Caja Insular de Ahorros) y nuestro escritor. Falcón Sanabria le propone el proyecto de crear una composición musical con letra sobre los cuatro primeros cuadros de Poema del mar, de Néstor de la Torre. Así surge la creación conjunta del Poema Coral del Atlántico que se presentó en julio de ese mismo año en el Teatro Pérez Galdós con el primer cuadro El amanecer, dentro de un repertorio más amplio, como homenaje a Néstor de la Torre. Dos años más tarde y en el mismo teatro se presenta el Poema del mar, con coreografía y ballet de Gelu Barbu, la composición completa del Poema Coral del Atlántico y el recitado de los textos por el actor Paco Acosta en un nuevo homenaje a Néstor de la Torre. El 24 y 25 de febrero de 1975 se interpretará de nuevo el Poema Coral del Atlántico en el mismo teatro, pero esta vez por el Coro de Cámara de la Radiotelevisión Finlandesa. En 1980 se graba en disco por la Coral de Cámara de Pamplona, bajo la dirección de José Luis Eslava. Finalmente, el 25 de enero de 1983 esta misma Coral ofreció la composición en el Teatro Real, de Madrid, y en el que Orlando Hernández recitó, con carácter previo a la actuación, los poemas escritos para la obra. La colaboración entre los dos creadores prosiguió con una nueva obra, Chácaras blancas, que en 1979 se presentó en el XV Día Internacional del Canto Coral, celebrado en Barcelona, entre el 2 y el 6 de septiembre de 1979. Tras el éxito que obtuvo, la Coral fue invitada a actuar en Polonia.
También debemos mencionar la agrupación cultural denominada La Tertulia Artística y Cultural Víctor Doreste, fundada en 1978, y de la que formó parte Orlando Hernández. La entidad dinamizó la actividad cultural de la isla y entre sus objetivos se incluyeron: promocionar la literatura y el teatro costumbrista canario; reinstaurar los recorridos históricos por Vegueta; crear una orquesta de cámara; realizar actuaciones en la prisión provincial y editar libros de escritores noveles.
Volviendo a Julio Viera, con motivo de su exposición en Vigo durante el verano de 1970, le ofrece Hernández, a través de su otra firma periodística NITRAM, anagrama de su segundo apellido MARTÍN, unas palabras sobre su arte pictórico (Diario de Las Palmas, 10 de agosto de 1970). Y en la misma página periodística se descubre el poema de Orlando Hernández titulado A manera de oración, con ilustración de Jesús Arencibia.
El 6 de septiembre de 1971 entrevista a un joven pintor, Aquilino Saavedra, en el Diario de Las Palmas, con motivo de la muestra de pop-art ofrecida en el Hotel Oasis de Maspalomas. A partir de aquel momento el periodista siguió el quehacer artístico de Aquilino, publicando varias críticas periodísticas en el Diario de Las Palmas y en el Eco de Canarias. La Sociedad Cultural Casino de Agüimes le tributó el 18 de noviembre de 1979 un homenaje al pintor, cuyo presentador fue el propio Orlando y en el que participó la tertulia Artística Víctor Doreste.
La relación con otros artistas fue, por tanto, una constante en su labor creadora. Transcurre el año de 1993 y un nuevo estreno teatral se ciñe sobre el horizonte cultural de Gran Canaria, La verbena de Maspalomas. Nuestro autor encargó a los pintores Roberto Capello (italiano) y Juan González (agüimense) los decorados para la obra, que se estrenó el 28 de mayo en el centro de Cultura de Maspalomas por el grupo La Chalana.
Pero los artistas que más colaboraron con Orlando Hernández fueron Sergio Calvo y Carlos Morón. Sergio Calvo, pintor, urbanista y escenógrafo en varias obras de Claudio de la Torre, llevó asimismo la dirección escénica de las siguientes obras del dramaturgo agüimense: La ventana, en su estreno en el Pérez Galdós el 1 de abril de 1971, y sucesivamente Con los puños frente al sol (diseñó además la escenografía), El encuentro, Zarandajas y El hechizado. Incluso en 1972 hubo una lectura pública de la novela Catalina Park a una serie de invitados en el domicilio particular de Sergio Calvo, uno de los asistentes fue su amigo Jesús María de Arozamena, escritor donostiarra, autor teatral y guionista de cine. En las presentaciones de la edición de su poemario A la fiera amada y otros poemas (con un dibujo en la portada del polifacético francés Jean Cocteau –poeta, dramaturgo, cineasta– y en su interior dibujos del joven pintor isleño Pedro Antonio) y de la obra teatral La promesa, fiesta en el pueblo, participaron, entre otros, Sergio Calvo y otro de sus amigos inquebrantables, el periodista Juan José Laforet, cronista oficial de la capital y de la isla de Gran Canaria.
Carlos Morón, destacado pintor, especialmente retratista, y escenógrafo, colaboró con Orlando Hernández desde los inicios dramatúrgicos de este en la creación de la escenografía de muchas de sus obras; comienza esa unión artística en 1962 con los decorados para el auto sacramental Como en un sueño, y seguirá con la obra costumbrista El barbero de Temisas (fecha del estreno, 1962), el drama rural Tierra de cuervos (1963), la sátira costumbrista …Y llovió en Los Arbejales (1965) y las obras vanguardistas Prometeo y los hippies (1970) y Teo juega al tenis con las galaxias (1974). Además, elaboró el dibujo para la portada del primer volumen de Decires canarios (editado en 1981).
Esto es una muestra simplificada de la actividad cultural que Orlando Hernández desarrolló en su isla. Su predisposición para ayudar a los creadores canarios fue encomiable y su afán por revalorizar el arte del Archipiélago, especialmente el de Gran Canaria, dan muestra de su valor humano e intelectual. Él denunciaba en sus textos periodísticos la injusticia y el olvido de tanto talento escamoteado o perdido; en sus textos literarios clamaba por la libertad individual y colectiva, sin imposiciones, libre de odio, donde el ser humano viviera en armonía con los otros y con su entorno.
Elaboración de contenido: © Agustín Carlos López Ortiz