Fragmento del primer acto
Sobre un fondo celeste se apuntan tres arcadas de puertas en verde sobre paredes
blancas. El escenario estará dividido simulando un callejón con la puerta de la casa de
Regalito a la izquierda del espectador y a la derecha, la casa de Fernando y Teresa,
que ocupará casi todo el escenario, solo cerrado por un lateral hacia el fondo, de
manera indicativa. Dicha casa estará amueblada con sofá-cama, tocador, mesa-
escritorio, mueble bar, teléfono, un par de puff y butacones, dentro de un aire de clase
media moderna. Hacia el lateral izquierdo, una puerta que da a la cocina y
habitaciones interiores. Al fondo de la calle se divisará la torre de la iglesia, desde la
que el reloj desgranará las siete campanadas de la mañana al irse levantando el telón.
En escena aparecerán los personajes Salvador y Regalito.

  • SALVADOR.⏤ (Sentado en el escalón de la entrada a la casa de Teresa). ¿Seguro que
    está preñada?
  • REGALITO.⏤ ¡Juraíto por esta! (Besando los dedos en cruz). ¿No le has visto la
    barriga? ¡Está preñada como una bestia.
  • SALVADOR.⏤ Pues me alegro, porque un matrimonio sin hijos me ha parecido
    siempre algo así como si se hubieran casado dos mulos. ¡Me parece ver cómo estarán de
    contentos!
  • REGALITO.⏤ No lo creas; ella, la muy puñetera, lo oculta.
  • SALVADOR.⏤ Ocultarlo, ¿por qué? ¡Ni que fuera un delito!
  • REGALITO.⏤ Ya sabemos que no es delito, pero como llevaban unos ocho años
    ensayando y no había manera de que cuajara, ahora tienen miedo de anunciarlo, por si
    acaso la cosa no pasa de hinchazón.
  • SALVADOR.⏤ (Riendo). ¡También puede ser! Como el caso de mi comadre Petra, que
    se casó sesentaria y cada semana anunciaba un embarazo. Pero resulta que todos los
    embarazos se le iban luego en pedos. ¡Una calamidad!
  • REGALITO.⏤ Pero aquella era muy vieja; si por un poco llega a alcanzar la manzana
    en el paraíso.
  • SALVADOR.⏤ Y la alcanzaría, a su manera. Pero en este caso, la verdad es que me
    gustaría que el embarazo fuera cierto.
  • REGALITO.⏤ ¡Y lo será! A no ser que Teresa sea macha, o como se dice ahora…
    “lesbiana”.
  • SALVADOR.⏤ Eso sí que no lo digas, déjate de falsos testimonios.
  • REGALITO.⏤ (Mientras descuelga la ropa que tenía tendida). ¡Es un pensar!
  • SALVADOR.⏤ Que no debes; además, aquí no se ha conocido otro vicio que el de
    algún desviado que salió mitad y mitad; pero las mujeres, fogosas como furias para el
    tracatrá.
  • REGALITO.⏤ Eso era antes, que en estos tiempos todo es posible.
  • SALVADOR.⏤ (Sacando los billetes de lotería del falso de la chaqueta). ¡Alcahueta,
    cállate de una vez!
  • REGALITO.⏤ (Improvisada pitonisa). Si me callara, hablarían las piedras por mí.
    (Entra en su casa).
  • SALVADOR.⏤ ¡A la porra, novelera! (Pregonando). ¡Llevo la suerte! ¡La tengo en la
    mano! ¡En la mano…!