Fragmento del primer acto
La escena representa un patio canario, en casa de SOLEDAÍTA, en San
Bartolomé de Tirajana. El tallero con la pila destilando gotas como chochos,
relampagueando por entre las barbas del culantrillo, hasta caer sobre el plato de barro
que cubre el bernegal, está al fondo, en un lateral derecho. El tronco de la parra se
pierde por el techo del escenario, como si fuera hacia el infinito, sin que puedan faltar,
convenientemente distribuidas, macetas con geranios, helechos, clotos, lenguas de tigre
y alguna «flor de mundo», porque se vea universalidad. A la izquierda, una puerta
verde que da a la sala. Al fondo y hacia el centro, otra del mismo color, que conduce a
la cocina, excusao y traspatio. A la derecha, otra, también verde, que da a la calle. Hay
un par de cajones de coñac, vacíos, que hacen de banco. En la jaula, si hay suerte,
cantan un par de capirotes. Es la tardecita, pero todavía se nota el sofoco, porque no
en vano estamos en vísperas de Santiago.
Al levantarse el telón aparece LUCIÍTA sentada sobre un rústico banco hecho
por un bien amañado. Está ante el telar, que apoya sobre una de las cajas de coñac. En
la puerta de la sala, como si acabara de salir, asoma SOLEDAÍTA.

ESCENA PRIMERA

  • LUCIÍTA.— (Dando las últimas puntadas en el telar, se dirige a SOLEDAÍTA.) Pues
    Lucía la mía no cala más, pa estirar un pisco las patas, que las tengo enguruñás como si
    las hubiá metío en una madriguera.
  • SOLEDAÍTA.— Lo mejor que jaces, mi jija, que el mundo se quea aquí. (Adelantando
    como para la cocina.) Yo voy a ver si jago el goto café, que ya va siendo la hora.
  • LUCIÍTA.— ¿Y te queará café tostao? Porque esta mañana apenas si queaba en el
    cacharro.
  • SOLEDAÍTA.— Tostao sí hay, que lo estuve tostando yo endenantito. Lo que jase falta
    es moleslo.
  • LUCIÍTA.— Pues trai pacá el molinillo, que en un santiamén lo muelo. (Se levanta y
    recoge las hilachas caídas por el suelo y quita el telar para guardarlo en el cuarto de
    estar.)
  • SOLEDAÍTA.— Por dejesa no he comprao entoavía uno desos molinillos elétricos, que
    no jases sino enchufaslo y te muele del viaje una camá de cafén.